OpenFeroz

ASÍ FUNCIONA UNA DE LAS PRINCIPALES RUTAS DE TRÁFICO DE DROGAS A EUROPA

La principal vía navegable del país se encuentra bajo la lupa de diversas organizaciones internacionales de lucha contra el crimen organizado. El incremento del tráfico de cocaína que sale rumbo a los puertos europeos a través de la Hidrovía Paraguay-Paraná puso en alerta a las autoridades del Viejo Continente. GENTE navegó por esas aguas y habló con especialistas y fuentes de inteligencia. El polvorín de Rosario y las terminales portuarias privadas.

La Hidrovía Paraguay-Paraná

*

Por Fernando Oz

Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), con sede en Viena (Austria), la producción mundial de cocaína se dispara a niveles récord. Entre Colombia, Perú y Bolivia se distribuyen la mayor cantidad de hectáreas de plantación de coca del mundo. Los especialistas que elaboraron el informe aseguran que el cultivo se disparó un 35% entre 2020 y 2021, algo más de 300.000 hectáreas.

El procedimiento que sigue no tuvo grandes modificaciones. Una vez recogidas, las hojas se entregan a químicos que las mezclan con gasolina, cal, cemento y sulfato de amonio para obtener una pasta blanca, que después se enriquece con un cóctel de ácidos y disolventes. En 2020 la producción de cocaína ascendió a más de 2.000 toneladas, un récord, según el informe.

La Oficina especial de la ONU explicó que la expansión del cultivo se debe a “las mejoras en el proceso de transformación” del arbusto de coca en clorhidrato de cocaína. Lo que significa que hay más químicos. El documento resalta el “aumento constante” de la demanda en la última década, además de las incautaciones que alcanzaron la cifra extraordinaria de casi 2.000 toneladas en 2021. Un negocio millonario que mata y amenaza a las democracias.

En medio de ese polvorín se encuentra la mayor vía navegable de la Argentina. En diciembre del año pasado el ministro de Transporte de la Nación, Diego Giuliano, dijo que por ese lugar es por donde “sale el 80% de la exportación argentina”.

El funcionario se encontraba recorriendo las instalaciones del Centro de Monitoreo de la Vía Navegable Troncal (Hidrovía), que en menos de sus primeros tres meses de existencia registró el paso de 1.024 embarcaciones y artefactos navales. Es la primera vez que se dispone de datos concretos sobre el tránsito fluvial de los ríos Paraná y Paraguay.

Desde febrero de este año, Bolivia se convirtió en el poseedor de la segunda mayor flota de embarcaciones en la hidrovía Paraguay-Paraná. Según informó el jefe de la unidad de Seguridad de la Navegación del Registro Internacional Boliviano de Buques (RIBB), Freddy Zapata, el país sumó 64 nuevas embarcaciones extranjeras con derecho a usar su bandera para la navegación internacional, con los que ahora alcanza a 503 la suma total.

Las naves fueron compradas a la empresa Hidrovías do Brasil. Con esa incorporación, Bolivia —que no tiene acceso al mar y emplea puertos peruanos y chilenos para su comercio exterior— se ubica por encima de Argentina, Brasil y Uruguay en cuanto a flota que navega por la vía que desemboca al Océano Atlántico; la lista está liderada por Paraguay.

En su informe de 2021, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) señaló que “el sistema fluvial Paraguay-Paraná, formado por 3.400 kilómetros ininterrumpidos de ríos que conectan la Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, parece haberse consolidado como puerta de entrada para el transporte de la cocaína fabricada en Bolivia y Perú a los mercados internacionales de cocaína a través de puertos de Brasil y Paraguay”.

La prensa estadounidense presenta el tema como una preocupación en la agenda del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, en el gobierno Joe Biden no lo disimulan. En septiembre del año pasado, el embajador norteamericano en Asunción, Marc Ostheld, anunció el lanzamiento de un plan maestro para la Hidrovía Paraná-Paraguay con colaboración del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos para estudiar el comportamiento y navegabilidad del río sobre el territorio paraguayo.

Y, en lo que va de este año, la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la general Laura Jane Richardson, se reunió en dos oportunidades con el ministro de Defensa argentino, Jorge Taiana y los jefes de las Fuerzas Armadas. Durante esas reuniones, según confiaron a GENTE fuentes del Edificio Libertador, estuvo presente la cuestión del contrabando que cruza por las aguas que bañan las costas de las provincias de Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. En la cartera de Defensa se encogían de hombros y miraban al Ministerio de Seguridad, a cargo de Aníbal Fernández.

LOS MUNDOS DE LAS AGUAS FRONTERIZAS

“Desde hace más de veinte años esto va empeorando. Ellos siempre nos ganaron”, dice con cierta resignación Rubén, un veterano suboficial de la Prefectura Naval Argentina que estuvo la mayor parte de su carrera persiguiendo contrabandistas por los ríos Paraguay, Paraná, Iguazú y en el Río de la Plata, rifándose la vida con un chaleco con las placas antibalísticas vencidas. Hacía tiempo que no nos veíamos y nos sentamos los otros días a tomar unos tragos de cara al Paraná, en un restaurante de la costanera de la ciudad de Posadas llamado Itakua. También contó que no llegan a controlar ni el 30 por ciento de lo que pasa por aquel río.

Nos conocimos en septiembre de 2001, cinco días después de los atentados al complejo World Trade Center de Nueva York y al Pentágono, en un bar de la localidad paraguaya de Ciudad del Este, en el corazón de la Triple Frontera. Él comenzaba la mitad de su carrera y este cronista se ganaba el pan escribiendo para un diario provincial y como fixer para los medios internacionales que llegaban a la región para conocer lo que en ese momento era una de las principales plazas de lavado de dinero de Sudamérica. La zona estaba bajo la lupa de diferentes organismos de inteligencia que aseguraban que desde allí se financiaba a grupos terroristas islámicos y había células de diferentes mafias del mundo.

“Aníbal Fernández tiene razón, lo que dijo en televisión es verdad. Hace veinte años que en Rosario vienen ganando los narcos. Esa es la realidad. Nosotros hacemos lo que podemos con el presupuesto que tenemos, con los recursos que tenemos, con los efectivos que tenemos. Los narcos vienen ganando y la droga pasa por nuestras narices, por ahí”, dice Rubén mientras señala el Paraná. El sol está rojo, a medio desaparecer; dos gigantescas barcazas de carga siguen su lenta marcha por el canal del lado paraguayo del río y se puede ver cómo en la orilla del frente se ilumina de apoco la ciudad paraguaya de Encarnación.

Roberto no mira conspiraciones internacionales ni es de leer las noticias de los portales, apenas puede con la diaria. Siempre estuvo lejos de los despachos oficiales, es un hombre de primera línea, de los que se embarra, de los que no piensan en la geopolítica del asunto ni filosofa sobre los nuevos modelos de seguridad en la era de la red de redes. En 2020 casi le vuelan la cabeza cuando estaba amarrando unas cuerdas en la popa del patrullero artillado bautizado El Timbú, fue en el Paraná, a la altura de la localidad misionera de San Ignacio.

Un año después, en esa misma nave —una potente lancha Shaldag con moderno sistema de vigilancia comprada en Israel por la entonces ministra de Seguridad Patricia Bullrich— un joven prefecturiano me contó su propia anécdota: “Yo estuve cuando del lado paraguayo nos tiraron con una AK-47 porque con una de las lanchas más chicas intentamos parar a un bote lleno de bultos que habían cruzado de este lado del canal. Cuando nos ven pegan la vuelta y no pudimos seguir avanzando, le cubrieron la fuga a los tiros”.

Roberto dice que el Primer Comando Capital (PCC) se expandió a tal punto que ya controla el tráfico de drogas y armas en las fronteras. La ruta comienza en la zona de cultivos en el Chapare, Bolivia, luego la coca es procesada en una red de laboratorios distribuidos por la frontera boliviana, el Chaco paraguayo, y el sur de Brasil. Los efectivos de inteligencia que pululan por la región creen que el PCC ya es una multinacional del crimen organizados con nexos con los carteles de México y Colombia, con el grupo del Tren Aragua, que manejan el tráfico entre Ecuador, Perú y Chile, y hasta con la mafia italiana.

El jefe de los fiscales Antidrogas de Paraguay, Marco Alcaraz, también apunta a los puertos privados. PTP Group es una firma de capitales argentinos que maneja varias terminales y estuvo en la mira de varias investigaciones judiciales. El expresidente de Paraguay Horacio Cartes la benefició otorgándole la concesión de uno de los puertos más importantes de ese país por 20 años a un canon mensual prácticamente irrisorio, según diversos especialistas consultados para este reportaje.

En 2016, la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, presentó ante la Justicia una denuncia contra los empresarios de PTP Group Lucas Ganceraín y Guillermo Misiano, acusados de cometer delitos de contrabando y evasión, pero la causa no prosperó. Sobre las investigaciones que fueron abiertas en Paraguay, fuentes de la empresa aseguraron al diario La Nación que fueron cerradas. Argumentaron que “no se encontró nada” porque las principales acciones fluviales de la compañía “traslada fertilizantes hacia Paraguay” por lo que hacen “el tráfico inverso”.

Según la misma publicación, PTP Group tiene varias terminales a lo largo de la hidrovía. No sólo maneja una importante terminal en el puerto de Villeta, sino también la zona franca de Villa Constitución, en Santa Fe, y en el departamento Soriano, Uruguay, donde adquirió un predio de 200 hectáreas en Punta Arenal. También en el norte de la hidrovía, en Puerto Murtinho, localidad brasileña de Mato Grosso do Sul ubicada a la vera del río Paraguay, a 1400 kilómetros de Santos. Territorio donde opera el temible Primer Comando Capital la principal banda criminal que maneja gran parte del tráfico de drogas al Viejo Continente.

UN ESTADO QUE PIERDE EL CONTROL

Carlos del Frade es uno de los periodistas que más conoce sobre cómo operan las redes del narcotráfico en la región, publicó varias investigaciones sobre la materia y cuenta con la ventaja de ser rosarino. Del 1 de enero hasta el 31 de mayo de este año el número de crímenes cometidos en Rosario se elevó a 133, ese último mes fue el más violento 32 muertes, pero además fueron baleados establecimientos educativos, policiales, judiciales y hasta las instalaciones de un medio de comunicación.

“Creo que ha vuelto a tener el control de las exportaciones de cocaína, de metanfetaminas y de marihuana de América del Sur hacia distintas partes del mundo la DEA (Drug Enforcement Administration). Con la decisión de la reprivatización de la vía troncal del Paraná por parte del gobierno de Alberto Fernández”, lanza durante un diálogo con GENTE.

Asumió como diputado provincial en diciembre de 2015, representa al Frente Social y Popular, un partido provincial de izquierda. Y desde su banca profundizó sus investigaciones sobre el contrabando por la polémica hidrovía, a tal punto que un cartel rosarino le puso precio a su cabeza. “Rechacé la custodia porque sé que forman parte del negocio. Sigo la vida como hace la gente simple”, dice con cierta cuota de estoicismo.

El diputado apunta su artillería a un presunto entramado empresarial que durante décadas se manejó a las anchas bajo la vetusta burocracia estatal: “El Ministerio Público de Acusación y Justicia paraguayo sacó un informe que dice que en los dos últimos años habían salido 46 toneladas de cocaína por la vía troncal del Paraná, es impresionante. Esa cantidad de cocaína salía por las terminales portuarias privadas”.

En agosto de 2022 se secuestraron en el puerto de Rosario, que está concesionado a una firma de la que participan la empresa chilena Ultramar y la local Vicentin, 1.658 kilos de cocaína que iban a ser exportados a Dubai como alimento balanceado. El antecedente más cercano fue el decomiso de cinco toneladas de la misma droga en junio, en el puerto de Amberes (Bélgica), que salieron de Paraguay y atravesaron la hidrovía. En ese momento el superintendente de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina (PFA), Mariano Giuffra, informó que la investigación contó con la intervención de la DEA, al tratarse de un caso de tráfico internacional de estupefacientes.

En el Gran Rosario hay instaladas 21 terminales portuarias a lo largo de 70 kilómetros de costa del río Paraná, por donde se exporta el 75 por ciento de la producción cerealera del país y que constituye el segundo nodo portuario agroexportador del mundo, luego del ubicado en Nueva Orleans (Estados Unidos), según un informe de la Bolsa de Comercio local. Para Del Frade, “durante años han viajado toneladas de cocaína desde los puertos privados de San Lorenzo y Rosario. Por los puertos privados entra y sale cualquier cosa” y destaca que, debido a los acuerdos internacionales y regionales de libre navegación de buques de bandera extranjera, “no se permite controlar la carga de un barco en movimiento”

En consecuencia, los cargamentos grandes de cocaína siempre se detectan en Europa, como el caso de las 16 toneladas secuestradas en febrero de 2021 en el puerto de Hamburgo (Alemania), que habían sido embarcadas en el puerto de Villeta, Asunción, con un trasbordo en las terminales porteñas. En ese caso, la droga iba disimulada en latas de yeso y pintura.

Las terminales privadas están en la mira hace años. El fallecido especialista en derechos humanos y expresidente de la Auditoría General de la Nación (AGN) Leandro Despouy ya lo había advertido en su libro La Argentina Auditada“Hay terminales privadas que no tienen ni escáneres para el control de carga, los controles son mínimos, el Estado está perdiendo el control, está desnudo”, me había graficado meses antes de su muerte.

El trabajo realizado por Despouy demuestra que el contrabando en la Argentina es un fenómeno que nace de la ineficiencia de las propias instituciones del Estado. El contrabando no sólo se trata de la mercadería barata que puede cruzar una humilde “pasera” por alguno de los 157 pasos fronterizos habilitados o por alguno de los miles de cruces ilegales que hay a lo largo de los casi diez mil kilómetros de fronteras del país. El contrabando se propaga al narcotráfico, al tráfico de armas, a la trata de personas, al lavado de dinero, y a otras tantas formas del crimen organizado. 


LA ‘NDRANGHETA, LA MAFIA QUE COMPRA AL POR MAYOR

Parte de la cocaína de Colombia, Perú y Bolivia sale de Suramérica por la Hidrovía, así lo confirman investigaciones judiciales en Portugal, España e Italia. La Ndrangheta, actualmente la mafia más poderosa de Italia y una de las organizaciones criminales más potentes del mundo, goza de mayor confianza entre los carteles y tiene el monopolio de la distribución de cocaína al por mayor en Europa. Las imágenes son de operativos en Paraguay, país que dejó de ser sólo de paso y ahora tiene laboratorios clandestinos donde procesan cocaína.